El Vitalismo y la medicina vitalista

Introducción a la medicina vitalista

1-Definición

Desde la más remota antigüedad, el hombre se dio cuenta de que la vida es una fuerza sui generis, un principio diferente al del alma y al de los fenómenos físico-químicos y que rige el organismo de un ser vivo. Esta fuerza es llamada fuerza vital o energía vital. Las medicinas sagradas (antiguo Egipto, Mayas, tibetanos, hebreos, chinos, etc.) recalcan la importancia de esta fuerza autocurativa (prana de los hindúes, chi de los chinos, ki de los japoneses, galma de los tibetanos, ka o ba de los egipcios, archaeus de Paracelso, ruá de los hebreos, sila de los esquimales, etc.) La fuerza vital o energía vital es la inteligencia biológica en acción. Todas las medicinas tradicionales son vitalistas en sus conceptos, pues el Vitalismo es el denominador común a todas las grandes civilizaciones pasadas.

El Vitalismo se centra en la fuerza vital. ¿Qué es la fuerza vital? Es la fuerza universal inteligente que organiza, mantiene, restaura, desarrolla, cuida y cura. Es el principio director independiente de las leyes materiales. Los antiguos sabios la veían como el potencial neuroendócrino de que dispone cada persona. Esta energía mantiene la actividad funcional de la máquina humana. La fuerza vital es la vida misma que mora en la materia, en nuestro cuerpo físico, a lo largo de nuestra vida en esta tierra.

2- Algunas manifestaciones de la fuerza vital:

– Una herida que cicatriza sin intervención externa.

– La fiebre saludable que neutraliza la infección.

– Una costilla rota que vuelve a soldarse sola, incluso sin poder escayolarla.

– La diarrea que evita una intoxicación.

– La simple inflamación de los tejidos que atrae localmente líquidos nutritivos e inmunoestimulantes.

– Un simple dolor que atrae nuestra atención hacia una zona que sufre o se halla en peligro (zona que se expresa).

– La sorprendente adaptación al estrés, que cierra los capilares periféricos para limitar las posibles hemorragias, dilata las pupilas y los bronquios para enfrentarse mejor al peligro, libera glucosa para luchar, protrombina para mejorar la coagulación, ahorra energía digestiva durante un tiempo, mejora la irrigación del corazón ante una eventual carrera.

– La recuperación cada noche, que realiza maravillas de restauración biológica y psicológica.

El Vitalismo es un tema poco conocido por el público e incluso por los terapeutas, a pesar de su antiguedad. Este concepto crucial de la vida está subyacente a todas las medicinas sagradas.

 3- La medicina vitalista

La medicina vitalista es la aplicación del Vitalismo al campo de la Salud, de las terapias y de la elaboración de medicinas. El Vitalismo constituye la base fisiológica y filosófica de la antigua medicina y química y es una de las ciencias más antiguas o tal vez la primera medicina de la humanidad consciente, pues remonta al principio de la vida humana en esta tierra, con los esfuerzos del ser humano por reencontrar el paraíso perdido. El Vitalismo ha pasado por todos los centros iniciáticos de todos los lugares, y particularmente el Antiguo Egipto (donde fue formado Hipócrates, padre de la medicina, a la escuela vitalista. Sus maestros fueron los sacerdotes egipcios de su tiempo, guardianes de este conocimiento y de sus preparaciones medicinales.) Todos los escritos de Hipócrates comprueban su convicción vitalista.

De hecho, la medicina vitalista es un oficio iniciático que permite al que lo practica evolucionar al mismo tiempo que evoluciona su propia salud física, mental y espiritual así como su trabajo. Durante mucho tiempo, el Vitalismo (o escuela vitalista) ha sido una ciencia olvidada, pero cada vez más personas se interesan por ella. Al igual que todas las medicinas tradicionales a las que dio su impulso y eficacia, el Vitalismo está relacionado con los fenómenos cíclicos y con todos los ciclos de la Vida. Cuando el hombre dejó de depender de la caza y se dedicó a la agricultura, tuvo que desarrollar su sentido de observación, sobre todo con respecto al clima, las temporadas y los ciclos de la Madre Naturaleza.

El vitalista procura encontrar y desarrollar la unidad, la armonía y la fuerza generadora de la Vida, aspectos que plasmará en su estilo de vida, alimentación, medicamentos o en otros preparados. Se trata de hacer evolucionar la materia usando la porción de divinidad que contiene cada ser vivo, incluyendo los vegetales. A través de sus prácticas, el vitalista persigue un solo propósito: liberar la parte divina contenida en su espíritu, e impregnar el poder germinador del vegetal con esta esencia divina, despertando así las propiedades terapeúticas del vegetal, que comparte con el hombre la calidad de creado. El vitalista es el medio que espiritualiza la materia, despertando con su espíritu la chispa espiritual contenida en la materia, sea vegetal, mineral o animal.

La fuerza vital es una realidad universal (común a todos los seres vivos), fácilmente demostrable en todo instante. El vitalista procura potencializar su fuerza vital o la del paciente y se dedica a este arte con mucha entrega y paciencia, sabiendo que esto santifica, y que Dios y Su creación, la naturaleza, premiarán su amor y su vocación de servicio a los demás.

4- Historia

La historia del Vitalismo es en realidad la historia del ser humano. En todas las culturas de todas las épocas, el hombre se ha dado cuenta de la realidad de la fuerza vital dentro de él. En la Antigüedad, el pensamiento vitalista está presente en los escritos de Hipócrates, Pitágoras, Aristóteles, Leibnitz, etc. y fue desarrollado como doctrina biológica por P. J. Barthez. En el antiguo Egipto, el rey y los sacerdotes desarrollaron un sistema medicinal centrado en la fuerza vital. Esta medicina vitalista estaba bajo el estricto control y responsabilidad de los sacerdotes. Este conocimiento pasó de una generación a otra oralmente. Más cerca de nosotros, los vitalistas más destacados fueron: Kuhne, Laville, Prof. Claude Vincent, Kervran, Lakhovsky, Edward Bach, Hahneman, Dr. Bertholet, Dr. Ferrandiz, Dr. Bernard Jensen, Manuel Lezaeta Acharán, Salmanoff y el Prof. Pierre Marchesseau.

5- El ser tripartito: cuerpo, alma, espíritu

El vitalismo y la medicina vitalista giran alrededor de la fuerza vital en cada ser vivo. El campo de aplicación de esta fuerza vital es todo el ser humano: cuerpo, alma y espíritu.

6- La composición tripartita aplicada a las plantas:

 El espíritu del vegetal corresponde a la esencia, el aceite esencial ()

El alma corresponde a la parte acuosa, el licor, el alcohol. Es el intermediario que une el espíritu con el cuerpo del mixto.

La sal corresponde al cuerpo; es la materia. Fija las energías invisibles dándoles una raíz. Son las sales minerales. El principio sal es el soporte de los dos principios sutiles más volatiles.

 7- Remedios vitalistas

Después de 35 años de investigación en medicinas sagradas y ciencias olvidadas, el Dr. Lucien Patti ha redescubierto un sistema terapeútico milenario y único, a base de altas concentraciones de plantas medicinales.

¿En qué consiste?

Los antiguos sabios en varios continentes intuyeron la relación que existe entre el hombre y su entorno y distinguieron la dimensión espiritual con su propio ser y los demás seres vivos, y con respecto a los remedios herbolarios, se dieron cuenta de que en una tintura es esencial incorporar las sales de las plantas porque estas tienen mucha potencia y poseen numerosas virtudes energetizantes. Al proporcionar un cuerpo, una base, una raíz, por el principio de sales minerales, el empuje hacia los otros dos principios (Espíritu = aceite esencial y Alma = alcohol) es más poderoso y mejor tolerado por el organismo porque las profundas raíces vitalizan al remedio.

Cada zona corporal que presenta alguna anomalía tiene una causa precisa y la manifiesta a nuestra conciencia, en forma consciente o inconsciente. Lejos de perturbarnos, consideramos la falta de armonía como una ayuda para volver a encontrar el camino de la armonía, presente en cada ser.

Cuando los tres principios son liberados de las distintas escorias, circulan para perfeccionarse y dinamizarse juntos. El modo de preparación es bastante lento, a bajas temperaturas y permite incorporar las vibraciones energéticas más sutiles y convertir las tinturas en poderosas concentraciones (elixires) con propiedades curativas demostradas para la salud. La duración extensa de maceración (¡puede durar varios años!) permite también la espiritualización de la materia mediante las oraciones diarias, invocaciones, unciones, meditaciones y demás prácticas sagradas, que usamos durante todo el proceso de elaboración del remedio.

La constitución atómica es ennoblecida hasta ser enteramente asimilable por el organismo humano con efectos más durables que en las indicaciones herbolarias comunes. La razón es sencilla: los diversos procesos vitalistas son la continuación de las operaciones que se producen en la naturaleza humana. La separación, destilación, sublimación, infusión, maceración, calcinación, y reunificación de las materias nobles permiten que el remedio actúe sobre los aspectos físico, emocional, mental y espiritual de la persona, armonizando y estimulando las posibilidades de sanidad de los cuerpos, mientras que la mayoría de las demás terapias siempre dejan a un lado algún aspecto. Por lo tanto, en esas terapias no se ve una sanidad completa (y duradera) y la recaída se produce más a menudo.

Los métodos de extracción de los principios activos conocidos en fitoterapia, aromaterapia, litoterapia, oligoterapia, medicinas vibratorias y energéticas no poseen la entereza del potencial de la planta. Los elixires vitalistas son concentraciones de altas vibraciones y están en armonía con los tres principios que encontramos en el ser humano: cuerpo, alma y espíritu.

Una terapia con elixires vitalistas proporciona un suplemento cualitativo, tanto en el plan corporal como en los planes mental, emocional y espiritual del ser humano. La sinergia de estas fuerzas permite un proceso de curación en una totalidad terapéutica. En general y debido a sus aromas agradables y naturales, estos elixires son bien tolerados, más asimilables y no provocan efectos secundarios perjudiciales si se usan correctamente.

8- Preparación de las plantas:

Los seres evolucionados se liberan de la influencia de los signos astrológicos. En la antigüedad, la evolución del hombre y de su entorno vegetal, mineral o animal se estudiaba haciendo el tema astrológico de su personalidad. Hoy no estudiamos las potencialidades o los condicionamientos personales bajo la influencia de los signos, sino la relación inteligente del ser humano con las distintas energías que intervienen en esta evolución, como por ejemplo, la energía del grupo al que pertenece y la energía de su propio espíritu humano, que canaliza energías aún más elevadas para ese mismo grupo. Los conocimientos teóricos y básicos de la astrología no son fiables ni suficientes, pues la mente analítica, como la científica, no tiene los medios de analizar con certeza los hechos de los mundos sutiles, a pesar de todos los conocimientos teóricos que posee. Sólo se puede acceder a esta realidad trascendental por medio de percepciones internas, que el ser humano empieza a desarrollar, y gracias a una autodisciplina espontánea, que no depende de ninguna regla o estructura antigua, ni de la imposición de otra persona ni de una autocrítica rígida. Nuestro espíritu se define conforme uno se deja guiar por él, usando únicamente las energías y las potencialidades que uno dispone.

9- El proceso del producto vitalista

 Cada composición noble puede captar la vibración original de distintos cuerpos elaborados (vegetales procesados según métodos de la herbolaria vitalista.) Mediante los diversos procedimientos de laboratorio, se conservan intactos y puros estos cuerpos, liberándolos de su aspecto terrestre, lo cual aumenta considerablemente su poder terapéutico. Así ahorra el organismo una labor de eliminación de desechos y escorias inherentes a las plantas tomadas. Entonces toda la energía del paciente es usada únicamente para sanar.

La sanidad es reforzada con potencia por la vibración original inscrita en la memoria del remedio elaborado. Por su ennoblecimiento, los remedios vitalizados se adaptan armoniosamente a las necesidades de la terapia prescrita.

Un remedio vitalista es activo por su composición bioquímica y también por su movimiento de vida y de ritmo porque cada remedio está completo por sí mismo, y no está en busca de un terreno vital del organismo con el fin de adueñarse de él para sus propios fines. Este es el principal problema de muchos ingredientes que se usan actualmente: van a buscar en el cuerpo del paciente la parte faltante, que le quitaron durante su elaboración acentuada pero fragmentada (véase por ejemplo el caso del agua desmineralizada o destilada que una vez ingerida se hace ávida de los minerales que le han quitado; el ejemplo del calcio sintético, que después de ser ingerido, necesita que el organismo provea del catalizador magnesio para su fijación en los huesos, etc.). Intentar usar tal fragmento de sustancia para ver si resulta bueno para los riñones o para el corazón conduce inevitablemente a un fracaso. En la práctica alopática, uno persiste en creer que una molécula determinada sana tal enfermedad. Nosotros pensamos, como muchos terapeutas, que sólo el compuesto sinérgico será eficaz en una terapia, y no una parte separada. Por otro lado, existe en el mundo vegetal tantos compuestos que se necesitarían varios siglos de investigaciones analíticas para establecer con certeza la verdadera finalidad de cada ingrediente contenido en un remedio.

10- El elixir vegetal vitalista

 ¿Qué diferencian las preparaciones vitalistas de las simples tinturas? La tintura sencilla (como también la infusión y el hervor) explota la potencia medicinal de la planta sólo en parte. La preparación vitalista «abre» la planta e integra varios componentes después de un proceso de separación y de purificación. La preparación vitalista contiene también las sales minerales, las cuales son extraídas de la planta durante el proceso de incineración y de calcinación. Las sales solubles en agua tienen un gran valor medicinal. La preparación vitalista se centra en los tres principios filosóficos o trilogía universal (cuerpo, alma y espíritu.) Es una preparación más completa que encierra el valor medicinal de la planta en modo más integral. Por mucho tiempo, la medicina moderna creyó que la acción farmaceútica de ciertas plantas medicinales se debía sólo a algunos componentes aislables, pero últimamente se redescubrió que depende sobretodo del sinergismo de los factores, no todos conocidos, ni químicamente precisables.

El elixir vitalista estimula el organismo para que este vuelva a la normalidad, limpiando los receptores de energía vital, borrando la información equivocada en la memoria celular y restaurando la información original del Dios en el ADN.

 11- Conclusión

 El Vitalismo es la filosofía de la Naturaleza y la visión espiritual de la Vida.

El vitalista busca conocer las leyes y los misterios que rigen la vida y condicionan la enfermedad o la salud. Los facultativos vitalistas queremos contribuir al alivio de los males de esta humanidad sufriente por medio de esta ciencia espiritual y sagrada, que es el Vitalismo. El Vitalismo forma parte de las medicinas holísticas y tradicionales.

Es también una filosofía que considera el ser humano como un microcosmos indisociable de su entorno macrocósmico y en completa interferencia con este último. Por lo tanto, toda enfermedad aparece como una falta de armonía vibratoria. Cuando los procesos de autosanación son insuficientes, se necesitan preparaciones que llamamos elixires o extractos vitalistas (altas concentraciones), que restauran la armonía y ayudan al paciente a volver al camino de la Salud.

Es interesante observar que el tratamiento vitalista no sólo ha aliviado a muchos pacientes en el aspecto físico, sino que ellos experimentaron cambios de vida, que llamamos cambios estructurales en su forma de ser, de ver las cosas, y particularmente en los aspectos emocional y espiritual.

Puedes leer el artículo completo en las páginas 155 a 169 de nuestro Manual de vida

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